El Pez y la Flecha. Revista de Investigaciones Literarias

DOI: 10.25009/pyfril.pyfril.pyfril.v2i3.49

Sección Cardumen

Vol. 2, núm. 3, mayo-agosto 2022

Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias, Universidad Veracruzana

ISSN: 2954-3843

Pablo Sol Mora. Diccionario Vila-Matas

Mayco Osiris Ruiza
aUniversidad Veracruzana, México imagenyposibilidad@hotmail.com

Pablo Sol Mora. (2020). Diccionario Vila-Matas. 130 pp. ISBN: 9786075028781. Xalapa. Universidad Veracruzana.

La página oficial de Enrique Vila-Matas –enriquevilamatas.com–arroja, en mi navegador, un aviso que estimo, además de oportuno, involuntariamente oracular: Ve con cuidado, dice; este sitio presenta algún problema grave de privacidad y es posible que otro pueda ver lo que envías o recibes a través de él. Qué mejor advertencia podría acompañar, más allá de las páginas, a un escritor que dentro de las mismas se ha caracterizado por materializar algo muy semejante: un sitio –una obra– donde poco es privado, ya que tiene por héroes a un tipo de individuos que viven de acechar lo que comparten otros y a los cuales dirige la idea de que, en el fondo, la forma más certera de dar con uno mismo es buscarse primero entre esos otros.

Puede que dicho aviso –especie de presagio tallado en los umbrales de una Delfos virtual– sea también la metáfora que mejor se adecúe al más reciente libro de un asiduo lector del novelista: Pablo Sol Mora. Escrito con la aparente sencillez que sólo pueden dar una lectura atenta y un ojo que conoce, quizá como a sí mismo, al autor español, el Diccionario Vila-Matas es uno de esos textos poco convencionales y por los que conviene moverse con cuidado, principalmente porque, tras su indudable deseo de levedad –un diccionario es siempre más liviano que una enciclopedia–, oculta todo el peso de la obra que apostilla y, con él, el peso propio: hablo de la ambición de no sólo rendirle tributo a un escritor mediante el ejercicio de una crítica idéntica –quiero decir: templada con el mis­mo fervor de aquello que critica–, sino de conquistar –gracias a su esmerado cultivo de la forma– una oportunidad de acompañarlo; de ser, como pretende, “un mapa, una guía... un compañero de viaje” capaz de inocular en el lector el deseo de asomarse “–con una comprensión más lúcida o una perspectiva enriquecida– al mundo único de Enrique Vila-Matas”.

No hay mayor atentado a la privacidad de una obra literaria que hacer un diccionario de sus obsesiones. Y si tal obra es una concor­dancia de voces diferentes –“citas y palabras de otros que, reunidas alrededor de un centro, forman un nuevo objeto absolutamente original”–, el atentando adquiere dimensiones de abismo. Dentro, como fuegos cruzados, habitan las excentricidades de un escritor que define su oficio en estos términos: “los que contamos historias, somos espías, mirones”; y no contento con ello, lo lleva a sus extremos más descomunales. Fuera, el ojo que contempla a este espía de los otros y “de sí mismo” y paga, por su acción, el precio conocido: El riesgo de mirar demasiado el abismo es que éste nos devuelva la mirada.

Por supuesto, es menos inquietante de lo que parece. Se trata, in­cluso, de un acto indispensable para que se comprenda el guiño más logrado y, a su vez, más alegre de todo el Diccionario Vila-Matas. En efecto, Sol Mora ve al autor, otea deliberadamente en sus muchas facetas, en las muchas costuras del grandioso artificio que es su obra, pero el autor –el abismo que es– mira dentro de él, del texto que compone, y por esta razón éste termina siendo un monstruo similar al que antes observaba: un libro parecido a aquellos que analiza.

La cita –leemos en la entrada correspondiente– “se encuentra en el núcleo de la obra de Vila-Matas; no es un recurso literario entre otros, sino el corazón mismo de su poética y su visión del mundo”. La cita, a su vez, está en el corazón del Diccionario Vila-Matas, es su centro vital; y se podría decir que Pablo Sol toma de Vila-Matas lo que el barcelonés recibió de Montaigne: el arte de citar. Y lo hace como aquél, en su sentido extenso: para darle sostén a sus palabras, para asistirse allí donde se quedan cortas, para ver en sí mismo lo que ha mirado en otro(s) y tras esa labor conformarse a sí mismo y a aquello que proyecta.

Un libro –un artefacto– que puede serlo todo –por ejemplo, un listado, un compendio de citas, un comentario crítico, un ensayo que ensaya lo que ensaya... Y puede, justamente, porque juega a no serlo, a profesar, también, la fe vilamatiana de no terminar nada, la pulsión de afirmase y desaparecer. Es cierto que, al final, nada conviene más a la cartografía de algo tan impreciso como el trabajo escrito que un mapa de palabras igual de impredecibles, aunque disciplinadas por el orden dinámico del diccionario.

Pero siendo más perspicaces, qué cosa es este último si no lo inacabado, la perpetua obra negra del lenguaje y, como tal, una pasión festiva por ir hacia adelante, “siempre lejos de aquí”, en esa larga huida que le rinde homenaje a un escritor de la mejor manera: fundiéndose con él en la escritura, no por imitación –es “rigurosamente inimitable”–, sino por el placer de mostrar hasta dónde es posible llevar “un ejercicio crítico sobre las obras” sin tener que asumir “el discurso tradicional del género”.

Entiendo, por último, que un texto sin orillas ni límites precisos favorezca la idea de una lectura ajena al orden consabido. Y si bien es verdad que el Diccionario Vila-Matas puede ser consultado –“según el interés y el humor”– “en su totalidad o fragmentariamente”, no dejé de notar que, leído en su conjunto, parece repetir –o más bien “reciclar”– algunas reflexiones: Saturno y la melancolía, la hipertextualidad de Vila-Matas, entre las principales. Son, eso sí, fisuras muy pequeñas y quizá inexistentes, si se opta por saltar entre sus páginas. El objetivo real –“que remita a la obra” o haga volver a ella– queda sobradamente satisfecho por el profundo amor con que la estudia quien, a semejanza del cronista de Bartleby y compañía, se dedica “también a comentar los comportamientos literarios de otros para así poder escribir y no ser escrito”.