El Pez y la Flecha. Revista de Investigaciones Literarias

DOI: 10.25009/pyfril.pyfril.v2i4.85

Seccción Cardumen

Vol. 2, núm. 4, septiembre-diciembre 2022

Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias, Universidad Veracruzana

ISSN: 2954-3843

Carlos García-Bedoya M. (2021). Hacia una historia literaria integral: algunas categorías teóricas fundamentales y su aplicación en un esquema panorámico del proceso literario peruano

Indra Kerem Cano Péreza

aUniversidad Veracruzana, México, indrakeremcano@gmail.com

 

Carlos García-Bedoya M. (2021). Hacia una historia literaria integral: algunas categorías teóricas fundamentales y su aplicación en un esquema panorámico del proceso literario peruano. 104 pp. ISBN: 978-607-502-972-6. Xalapa: Universidad Veracruzana.

La colección Pensamiento y cultura latinoamericanos de la Universidad Veracruzana aproxima a los lectores a una reflexión de carácter estético y literario, sin descuidar su posible inscripción en un marco histórico y social, en vista de que la literatura latinoamericana, desde la época colonial hasta la consolidación de los estados nacionales, ha emergido como una intersección entre los procesos históricos, sociales y culturales del territorio. De ahí que uno de los títulos que conforman la colección sea Hacia una historia literaria integral: algunas categorías teóricas fundamentales y su aplicación en un esquema panorámico del proceso literario peruano de Carlos García-Bedoya M., que responde a una de las exigencias de la teoría literaria: referir y especular conceptos que esclarezcan el horizonte epistemológico a partir de un corpus que considere la versatilidad y cohesión múltiple de su objeto de estudio: la literatura.

En la introducción, García-Bedoya afirma que “La historia literaria no puede ser solamente la historia [...] de las obras y los autores. Debe ser la historia de las prácticas literarias y las diversas instancias involucradas en estas” (p. 11), lo cual demanda estudiar al fenómeno literario como un entramado de escritores, editores, certámenes, cadenas de comercialización y difusión, academias y, desde luego, lectores, esto es, la integración de un sistema literario. De esta manera, el libro se organiza en dos apartados. En el primero, el autor presenta un recorrido, cuyo punto de partida es la teoría literaria entendida como “universal”, que le permite identificar los hitos que conducen al origen de los aportes que, desde Latinoamérica, Antônio Cândido, Ángel Rama, Antonio Cornejo Polar, Alejandro Losada y Raúl Bueno introducen a la discusión global del concepto de sistema literario. En el segundo apartado, reflexiona las categorías “Polisistema”, “Campo literario” y “Totalidad contradictoria”, tomando como corpus a la literatura peruana.

Considerando lo anterior, los esfuerzos por sistematizar y consagrar aproximaciones al fenómeno literario pueden rastrearse hasta el formalismo ruso, corriente intelectual cuya búsqueda implicó encontrar las especificidades que dotaban de autonomía a la literatura como disciplina de estudio. Por su parte, el teórico israelí Itamar Even-Zohar reinterpreta el circuito de la comunicación propuesto por Roman Jakobson, a través de una serie de equivalencias entre este último y la noción de “Polisistema literario” o sistema múltiple. De esta forma, el productor –entendido como el escritor– refiere al emisor en el esquema original, la obra al mensaje, el repertorio al código, el mercado al canal y, por último, el lector al receptor. En consecuencia, nos encontramos ante un primer esbozo de intuir a la literatura con una complejidad mayor a la que suponía entenderla únicamente como el objeto resultante de una autoría.

Continuando con el itinerario universal, el siguiente en aparecer es Pierre Bourdieu, quien desplaza de la sociología a los estudios literarios el concepto “Campo”. Para el sociólogo francés, dentro del “campo literario” actúan dos fuerzas: una autónoma, que involucra lo estético –estrechamente relacionado con el código literario–, y otra heterónoma, que alude al posicionamiento que otorgan el mercado –la industria editorial– y la crítica –recepción cultural– tanto a las obras como a los autores. Por lo tanto, la literatura como espacio autónomo se integra también por “quienes contribuyen a producir el valor (y el sentido) de las obras” (p. 19), concluye García-Bedoya a partir de las meditaciones de Bourdieu.

Ahora bien, ubicándonos en el panorama latinoamericano, el primero en pensar una literatura nacional desde la noción de sistema fue Antônio Cândido, quien introduce al esquema de Even-Zohar la idea de una tradición literaria a la que los escritores deciden inscribirse o, por el contrario, subvertir. En un tenor distinto, Alejandro Losada focaliza el sistema literario latinoamericano en la producción, debido a que permite identificar inquietudes y prácticas similares entre los escritores, donde los objetos literarios son “una expresión de la praxis de diversos grupos sociales” (p. 54), según García-Bedoya. También señala, oportunamente, que tal acercamiento otorga al sistema literario un carácter unilateral.

Ángel Rama toma en cuenta los procesos culturales latinoamericanos para construir su idea del sistema literario como una suma de estratificaciones, donde el estrato dominante corresponde al pensamiento de Occidente y el estrato dominado al afro e indoamericano. Asimismo, resultaría inadmisible no pensar el concepto de “ciudad letrada”, de Rama, bajo la perspectiva de sistema literario, en la medida en que procura delimitar un espacio y tiempo en el que se ejecutan determinadas prácticas literarias.

En lo que respecta a las contribuciones de Antonio Cornejo Polar, se describe, por antonomasia, la categoría “heterogeneidad”, misma que reconoce un “contacto intercultural” (p. 31), que produce una “polifonía discursiva” (p. 33), ya que dentro del sistema literario latinoamericano conviven, en palabras de Cornejo Polar, las literaturas cultas, las populares y las indígenas (p. 33). Siguiendo a García-Bedoya, las literaturas nacionales comparten un proceso histórico común, por lo que es necesario una categoría que “permita una conceptualización global de la literatura latinoamericana” que, al mismo tiempo, no anule “la pluralidad interna que la constituye” (p. 60). De ahí que Cornejo Polar apueste por una “Totalidad contradictoria”.

Raúl Bueno ahonda en la categoría de heterogeneidad, con el objetivo de evidenciar que el sistema literario se conforma por “el contexto de producción del mensaje y el propio contexto referencial” (p. 41) o literario, puesto que por referente entiende tanto al interno, que se configura por el estilo del escritor, como al extratextual, aquello que se aprehende de la realidad material.

En suma, la tradición literaria, la reciprocidad entre los productores de las obras, la estratificación de los discursos, la heterogeneidad resultante de los procesos culturales y el cruce entre las esferas literarias y extraliterarias encauzan a meditar que la literatura peruana –vista desde el siglo xvi con el sistema de literaturas señoriales y étnicas hasta las prácticas contemporáneas, ubicadas en el estado oligárquico y posoligárquico, según la cronología propuesta en el libro– es un “polisistema signado por la heterogeneidad: una totalidad contradictoria” (p. 84), pues coexisten en él un subsistema canonizado, escrito en español, uno popular, allegado a la tradición oral, y uno letrado en quechua, que se encuentra en consolidación.

El acierto de García-Bedoya en este ensayo de largo aliento radica en el hallazgo de las resonancias teóricas entre las voces extranjeras de Even-Zohar y Bourdieu y las propias de los teóricos literarios de Nuestra América. Hacia una historia literaria integral: algunas categorías teóricas fundamentales y su aplicación en un esquema panorámico del proceso literario peruano bien puede consagrarse como un libro para consultarse como oráculo, puesto que ofrece en su lectura una cuidada trayectoria teórica, a la par que crítica, de la categoría conceptual de sistema literario, al mismo tiempo que, como investigación meritoria sobre teoría literaria, advierte los límites de la discusión teórica, inaugurando una invitación a continuar el análisis de las operaciones oscilantes que la literatura peruana –y latinoamericana– manifiesta.