El Pez y la Flecha. Revista de Investigaciones Literarias

DOI: 10.25009/pyfril.v3i5.97

Sección Cardumen

Vol. 3, núm. 5, enero-abril 2023

Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias, Universidad Veracruzana

ISSN: 2954-3843

Sebastián Pineda Buitrago. (2021). Reyes vanguardista. Técnica y fantasía

Víctor Gálvez Peraltaa

aUniversidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco, México, manugap@hotmail.com

Sebastián Pineda Buitrago. (2021). Reyesvanguardista.Técnicayfantasía. 161 pp. ISBN: 9786072714878. Monterrey: Universidad Autónoma de Nuevo León.

En su versión moderna, la crítica literaria latinoamericana tiene sus puntos fundacionales en México tanto en la obra de Alfonso Reyes, quien planteó la noción neokantiana de “juicio” como superación de la crítica como “impresión” y “exégesis” que dominaba en su tiempo, como en la del dominicano Pedro Henríquez Ureña, quien acuñó en el país la idea de buscar “nuestra expresión”. Ignacio M. Sánchez Prado

Una atenta lectura a la obra de Reyes discierne entre las múltiples facetas de su escritura. Es así como Sebastián Pineda Buitrago disecciona, en Reyes vanguardista. Técnica y fantasía, un período muy específico del exilio del autor, para mostrar su diversidad creadora. El apogeo de las vanguardias en un enrarecido contexto político fue un caldo de cultivo propicio para la prosa de Reyes, considerado por sus contemporáneos como una rara avis a principios de la década de los veinte del siglo XX. Logró penetrar, como pocos, el espíritu de su tiempo. La propuesta de Pineda Buitrago se desarrolla a caballo entre la exégesis literaria y una cuidada prosa ensayística, cuyo objeto de estudio es la obra de Alfonso Reyes en relación con las vanguardias del siglo XX.

A partir de una investigación rigurosa, Pineda compendia una serie de “viñetas” críticas en torno del prolífico escritor regiomontano. Estas estampas casi funcionan como un compendio de aguafuertes, donde la figura del autor adquiere un perfil distinto, a la luz de las investigaciones recientes acerca del impacto que tuvo para Reyes su exilio en España (1914-1924), llevadas a cabo por el propio Pineda Buitrago en su tesis doctoral: El exilio creador: la obra literaria de Alfonso Reyes en España (1914-1924) (2015). Este recuento no es tan sólo biográfico o bibliográfico, sino un retrato con alta fidelidad de la circunstancia creativa de Alfonso Reyes durante su estadía en el viejo continente. Aunque los alcances de este libro no se limitan a este período, sí ocupa un papel protagónico, sobre todo en relación con el surgimiento de las nuevas formas de reproducción artística y técnica: por ejemplo, la aparición del fonógrafo, la fotografía y, posteriormente, el cine.

Desde esta perspectiva, encuentro notable su aproximación teórico-crítica al dividir los apartados que componen el libro en orden cronológico: desde el mencionado exilio español, pasando por su estancia en legaciones diplomáticas como funcionario del Servicio Exterior Mexicano y su acercamiento con Borges –“El 12 de julio de 1927, cuando acababa de llegar a Buenos Aires en calidad de Embajador Extraordinario y Plenipotenciario, Reyes leyó la reseña de Borges y de inmediato le envió una pequeña carta” (p. 84)–, hasta su retorno a tierras patrias. Esta cronología se ve interrumpida por saltos temáticos. Con todo, tenemos una serie de apartados, que tienen como hilo conductor la convulsa relación de Reyes con la escritura y su trayectoria vital, no exenta de contradicciones y rupturas. En segunda instancia, la aproximación de Pineda a su objeto de estudio brinda gran importancia al contexto de producción material de las obras artísticas, siendo preponderante el avance científico y técnico a inicios del siglo XX, quizá por influencia de la teoría de medios de Friedrich Kittler –cuya obra cita profusamente–; da cuenta del progreso militar en relación con las vanguardias y las grandes urbes, en específico el futurismo y el manifiesto de Marinetti, momento en el cual los medios de comunicación determinarán una nueva relación entre el individuo y su tiempo. Esta ruptura con el tiempo ocurre desde la urbe, mediante la creación de nuevas materialidades, donde converge la tecnología, de forma inédita. Es probable que el mejor ejemplo sea el cine, con su reinvención de las imágenes en movimiento. Si bien ya la fotografía supuso una transformación radical en cuanto al consumo y producción de imágenes a principios del siglo XX, las primeras proyecciones cinematográficas coinciden con los tiempos convulsos, de aires belicistas, y, al mismo tiempo, vanguardistas. De manera paradójica, se suceden una serie de cambios, con celeridad en el plano de lo simbólico, que tiene varias de sus manifestaciones más relevantes en los manifiestos vanguardistas y en los movimientos que derivaron de éstos, al mismo tiempo que la ciencia y la técnica impulsan el uso de nuevas aplicaciones bélicas, siendo la aviación uno de los elementos más innovadores.

Resulta significativo que la fotografía instantánea y la aviación sean comparadas, por Pineda, en uno de los apartados más notables de su propuesta: “Preguntémonos por qué el ‘humanista’ mexicano exaltó a un piloto de guerra, por qué celebró bombardeos y por qué hasta lanzó ovaciones patrióticas a Francia” (p. 47). En “Visión y aviación”, futurismo, anarquismo, socialismo, dadaísmo e incluso el surrealismo convergen en el período de entreguerras con nuevos descubrimientos estéticos. La aparición o la relevancia de nuevos actores sociales durante el conflicto bélico posibilitó la apertura del campo literario, cuyas manifestaciones en prensa gozaron de un apogeo notable y específicamente, en el caso de Alfonso Reyes, se tradujeron en la publicación de crónicas, notas periodísticas, etc. El papel de la prensa en los movimientos sociales y su capacidad de organizar una militancia eficaz fue puesta en evidencia por el propio Reyes, como se muestra en el apartado “Un poema cinematográfico: “Huelga (Ensayo en miniatura)”.

Un nuevo acercamiento a la prolífica obra de Alfonso Reyes es arriesgado; es posible no encontrar una veta interpretativa, ni iluminar un aspecto inadvertido. Sin embargo, Sebastián Pineda Buitrago completa una lectura tanto rigurosa como creativa, no sólo de Reyes, sino de la coyuntura mediática en que nos encontramos. A partir de la relación intermedial entre las artes y las nuevas formas de reproducción técnica, este acercamiento queda esbozado en el epílogo intitulado “Exordio para una teoría de los medios”, donde arriesga un enfoque teórico novedoso, para el cual es necesario un desarrollo ulterior, del que deja ya constancia. Aunque el apartado “El antinovelista”, dedicado a la obra de Carlos Fuentes, se desvía de los demás, no demerita la visión de conjunto que ofrece su obra. Igual puede decirse del estridentismo: sólo de manera tangencial aparece el movimiento estridentista, casi una nota al margen, donde una valoración por parte de Reyes acerca de esta vanguardia queda entre paréntesis, aunque lo más probable es que no fuera muy positiva. Algo similar ocurre con el ultraísmo y el creacionismo.

De cualquier forma, la crítica llevada a cabo por Reyes en un primer término se encuentra explicitada y diseccionada en “Artistarco, o anatomía de la crítica”. Sirva este ejemplo para aclarar el proceder analítico de Reyes, a cuya descripción se ciñe Pineda, sin detenerse en obras posteriores, como La experiencia literaria o El deslinde.

Reyes vanguardista. Técnica y fantasía muestra una trayectoria vital, siempre en tensión, por reconciliar la vida de las letras con la experiencia cotidiana, gracias a un movimiento oscilatorio, donde “El abogado-escritor” confrontó sus convicciones más profundas. Queda el retrato de una vida intelectual, experimentada por un autor excepcional, que la valoración crítica de Pineda revela como una práctica autónoma que reclama una parcela del conocimiento que le es propia.